miércoles, 18 de noviembre de 2009
jueves, 5 de noviembre de 2009
Esencia porteña
En color...

Sepia...
y blanco y negro...

Viejos patios en damero con aljibes, vitrinas con todo tipo de botellones y bártulos varios. Reminicencias de juegos de la infancia... ese tango de antaño (la ñata contra el vidrio). Cafés, charlas interminables, bares con aroma a molinillo de bronce recién usado, las librerías "de viejos" de la calle Corrientes. Buenos Aires... mi alambique. Tus calles destilan lo mejor de mí en estos tiempos de derrumbe físico, intelectual y moral donde se han perdido las buenas costumbres y modales, ganando lugar los desastres ecológicos; donde las políticas sociales son cada vez más endebles al desmoronamiento, por donde quiera que se las mire, en cualquier lugar del globo...





Donde quiera que se encuentren leyendóme, locales y visitantes, les regalo un ejercicio invitándolos a dejarse envolver por tan solo un instante, lejos de la vorágine, por el cálido vapor que recorre el alambique desprendiendo la esencia misma de las cosas, de ustedes mismos, en este caso. Buenos Aires es mi alambique. ¿Me informan si existen otros?
lunes, 26 de octubre de 2009
martes, 13 de octubre de 2009
Muerte marginal

Están en la calle y por todos lados: como la gente. Pasan por al lado nuestro permanentemente: como la gente. Sienten frío, calor y hambre: como la gente. Y viven en la calle: como mucha gente.
Salí a estrenar mi máquina analógica y vi una reja imperdible de ser retratada pero como no me daba el encuadre retrocedí tomando distancia y allí estaba: acurrucada, como dormida, delante de todos los que pasamos por su lado viendo lo mejor del paisaje.
Allí estaba marginal y a nuestro lado: como la gente.
jueves, 8 de octubre de 2009
Splash
martes, 29 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
Ilusión


Estaba sintiendo el aroma de las flores con los ojos cerrados, cuando los abrí y allí estaba. Recostada al pie del viejo árbol reposando. No distinguía si estaba sola o acompañada. Me acerqué: era ella y sus circunstancias. Permanecí suficiente tiempo pero ahí se quedaba, sin moverse, serena y quieta, disfrutando, en espera de alguien que se siente a su lado. Dicen que de tanto esperar se fundió con la raíz del árbol, sin darse cuenta que él era su verdadero amor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)