jueves, 21 de octubre de 2010

Entre postigos


Ella era particular: miraba hacia adentro de las ventanas. Amaba los postigos entreabiertos y las persianas poco plegadas. Decía descubrir cosas asombrosas. Cosas que los demás no veían por mirar hacia afuera de los postigos.
Aquella tarde de calor parecía un caldo. Todos pasaban sudorosos y apurados por evitar el sol de aquella acera. Sin embargo ella pasó y se detuvo ante un ventanal de riel americano. Algo la llamaba a mirar hacia adentro.
El gato sin sombra, los tulipanes, el ropero y un juego de sombras descansaban en perfecta armonía y parecían estar esperándola...