miércoles, 15 de agosto de 2012

Belleza de higuera

                                     
                                

Áspera, fea, gris, torcida. Esos son algunos adjetivos de La Higuera de Juana de Ibarbourou. El desdeño estético ante lo diferente, lo que está fuera de los cánones de la belleza universal fue más de una vez inspirador de poetas y poetizas. A mí siempre me atrajo lo inusual y hasta lo cotidiano e ínfimo, podríamos decir; pues bien, he aquí una prueba de ello. 
La herrumbre, óxido del paso del tiempo marca impávido la sucesión de las eras. Cala el viento el álgido metal, depositando el velo del olvido rancio y lo mancilla de un almizcle denso y plúmbeo volviéndolo casi invisible.
Erguido con la nobleza del último guerrero permanece inasible, aferrado a su fe de peón de ajedrez. Apoyado en los jirones del paisaje, aguardando salir de allí algún día para dar su primer paso.
                                        

1 comentario:

XuanRata dijo...

El óxido se ha convertido en una forma de nobleza en estos tiempos en los que el paso del tiempo solo se ve como tiempo pasado.

Un abrazo.